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Tipos de narradores en los libros y las voces narrativas

El género narrativo se compone de varios elementos indispensables entre los que sobresalen la acción, el tiempo, el lugar, los personajes y por supuesto el narrador. La importancia de este último radica en que se trata de la pieza que diferencia el narrativo de los otros dos grandes géneros literarios: el lírico y el dramático.

En las siguientes líneas definiremos qué es la voz narrativa y expondremos los diferentes tipos que existen.

1. La voz narrativa

El narrador es la persona que cuenta la historia dentro de la historia misma; o lo que es lo mismo, estaríamos hablando de un personaje creado por el propio autor (y por supuesto diferente a este) cuya función es contar los hechos que vive, presencia o conoce.

Por tanto, hay que diferenciar entre autor (en este caso el escritor, la persona real que escribe el libro) y narrador (el personaje que cuenta la historia dentro del libro). La voz narrativa se correspondería con el segundo.

De acuerdo con esto, toda obra inserta en el género narrativo cuenta con una perspectiva o punto de vista, el cual viene definido por el autor. Y es que, antes de comenzar a plasmar su historia, este debe decidir qué voz narrativa es aquella que más le interesa. Para empezar, dependiendo de si es parte o no de la historia que se cuenta, esta puede ser interna o externa.

INTERNA: Cuando la voz narrativa es interna, esta puede cobrar forma de protagonista principal, personaje secundario o testigo de los hechos. También como narrador informante o duplicación del yo.

EXTERNA: En el caso de la voz narrativa externa, esta adquiere la forma de narrador omnisciente (el que todo lo ve, lo oye y lo comprende) u observador equisciente (el que solo conoce aquello que tiene delante).

En la literatura contemporánea se da el caso de que muchos autores utilizan diferentes narradores en la misma obra. Es decir, unos capítulos, escenas o apartados son narrados por una voz interna (el protagonista, por ejemplo), y otros por una voz externa (un narrador equisciente, normalmente). Esto implica una enorme dificultad, ya que cada personaje, cada situación y cada escenario, posee sus propias características, y no resulta sencillo enfocarlas desde dos puntos de vista diferentes.

2. Tipos de voces

A continuación, pasaremos a clasificar los distintos tipos de voces narrativas que existen. Estos son:

  • Protagonista
  • Secundaria
  • En segunda persona
  • En tercera persona
2.1. Voz protagonista

El narrador más utilizado en la literatura contemporánea es aquel cuya voz se identifica con el protagonista de la historia. Este se dirige al lector en primera persona, por lo que en todo momento habla de sí mismo, de sus conflictos, pensamientos y de las circunstancias que le rodean.

La voz protagonista es relativamente sencilla de utilizar, puesto que, es el propio personaje (pongamos, el héroe de la trama) quien narra sus vicisitudes de la misma manera que habla; aunque, eso sí, con un mayor uso de la descripción y, por lo general, mejor gramática.

Lo más positivo de esta voz es que el lector está al tanto de todos sus movimientos pero también de sus opiniones, odios y/o deseos ocultos, lo que le permite conocerlo de manera más intensa y conectar con él rápidamente. Por esa razón, la voz protagonista viene siendo utilizada desde hace siglos en textos como la novela picaresca de autor anónimo El Lazarillo de Tormes.

Ejemplo:

Pues sepa Vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé González y de Antona Pérez, naturales de Tejares, aldea de Salamanca. Mi nascimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre, y fue desta manera: mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, en la cual fue molinero más de quince años; y estando mi madre una noche en la aceña, preñada de mí, tomóle el parto y parióme allí; de manera que con verdad me puedo decir nascido en el río.

2.2. Voz secundaria

Esta voz tiene en común con la anterior el utilizar la primera persona. Esto quiere decir que las acciones y desarrollo de la historia son expuestas en boca de un personaje, si bien no es el protagonista, sino un compañero, amigo, pareja, familiar o incluso enemigo de aquel.

También se da el caso de personajes secundarios que no están implicados directamente en la historia, siendo, en su lugar, meros espectadores que, en lugar de narrar sobre sí mismos, lo hacen sobre otros (de ahí que en el argot literario se les conozca como «testigos»).

Un buen ejemplo de voz secundaria o testigo lo tenemos en El nombre de la rosa, obra maestra de Umberto Eco, cuya acción es transmitida por parte de Adso de Melk, el joven discípulo del protagonista, fray Guillermo de Baskerville.

Ejemplo:

Así, pues, la apariencia física de fray Guillermo era capaz de atraer la atención del observador menos curioso. Su altura era superior a la de un hombre normal y, como era muy enjuto, parecía aún más alto. Su mirada era aguda y penetrante; la nariz afilada y un poco aguileña infundía a su rostro una expresión vigilante, salvo en los momentos de letargo a los que luego me referiré (…) Con el tiempo me di cuenta de que no era incertidumbre sino pura curiosidad, pero al principio lo ignoraba casi todo acerca de esta virtud, a la que consideraba, más bien, una pasión del alma concupiscente y, por tanto, un alimento inadecuado para el alma racional, cuyo único sustento debía ser la verdad, que (pensaba yo) se reconoce en forma inmediata.

2.3. Voz en segunda persona

La voz en segunda persona es una de las formas menos habituales en el mundo de la literatura, si bien existen algunos ejemplos a lo largo de la historia.

Para empezar, esta voz se dirige al lector con el tratamiento de «usted», por lo que recuerda mucho a los textos epistolares, y a algunos de los artículos de blogs de internet.

El mejor ejemplo de este tipo de literatura es la serie de libros juveniles Elige tu propia aventura, muy popular en los años 80. En ellos, el protagonista es el propio lector, siendo él quien debe tomar las decisiones que le conduzcan al éxito o el fracaso de su misión. Esto es lo que ocurre en La cueva del tiempo, del creador de la saga, Edward Packard.

Ejemplo:

El sol de la tarde ilumina la entrada de la cueva, pero su interior permanece en la más absoluta oscuridad. Das unos pasos hacia dentro para hacerte una idea de su tamaño. A medida que te vas acostumbrando a la oscuridad, empiezas a vislumbrar una especie de túnel iluminado débilmente por algún tipo de material fosforescente incrustado en las rocas (…) Te preguntas a dónde conduce. Das unos pasos más. Te pone nervioso estar en un lugar tan extraño.

2.4. Voz en tercera persona

Junto con la voz protagonista, es la fórmula estrella dentro del género narrativo, pues permite narrar con un amplio conocimiento de los personajes, acciones, escenarios, etc.

Dentro de la voz en tercera persona hemos de distinguir dos tipos: omnisciente y equisciente.

OMNISCIENTE: Esta voz es la de un narrador que lo sabe todo. Una suerte de dios que se asoma a la vida de los personajes principales y secundarios y lee los pensamientos de todos. Además, es capaz de predecir el futuro y hacer suposiciones y juicios. El uso de este punto de vista omnisciente fue muy común en las novelas decimonónicas, y permite al escritor explorar en profundidad múltiples facetas de la historia y de sus personajes. Como ejemplo tenemos la excelente obra de Leopoldo Alas «Clarín» La Regenta.

Ejemplo:

Ana se sentía caer en un pozo, según ahondaba, ahondaba en los ojos de aquel hombre que tenía allí debajo; le parecía que toda la sangre se le subía a la cabeza, que las ideas se mezclaban y confundían, que las nociones morales se deslucían, que los resortes de la voluntad se aflojaban; y viendo como veía un peligro, y desde luego una imprudencia en hablar así con don Álvaro, en mirarle con deleite que no se ocultaba, en alabarle y abrirle el arca secreta de los deseos y los gustos, no se arrepentía de nada de esto, y se dejaba resbalar, gozándose en caer, como si aquel placer fuese una venganza de antiguas injusticias sociales, de bromas pesadas de la suerte, y sobre todo de la estupidez vetustense que condenaba toda vida que no fuese la monótona, sosa y necia de los insípidos vecinos de la Encimada y la Colonia…

EQUISCIENTE: A diferencia de lo que ocurre con la voz omnisciente, aquí el narrador adopta el punto de vista de uno de los personajes de la historia, por lo que su visión es selectiva o limitada. Es decir, tendrá una idea de lo que un personaje está pensando o sintiendo, pero solo poseerá un conocimiento superficial de los otros personajes. A su favor hemos de decir que la voz equisciente en tercera persona siempre poseerá más información que una voz en primera persona, ya que puede describir a su protagonista desde perspectivas tanto internas como externas. Un buen ejemplo de este tipo de voz narrativa es la saga de libros Canción de Hielo y Fuego, más conocida como Juego de Tronos, escrita por George R.R. Martin. En sus libros, la voz equisciente es utilizada en cada capítulo para explicar el punto de vista de un personaje.

Ejemplo:

En cierta ocasión, cuando no era más que una niña, un bardo errante había pasado medio año con ellos en Invernalia. Era un hombre de edad avanzada, con el pelo canoso y las mejillas curtidas por el viento, pero cantaba sobre caballeros, hazañas y hermosas damas; Sansa derramó lágrimas de amargura cuando se marchó, y suplicó a su padre que no lo dejara partir.

―Ya nos ha cantado tres veces por lo menos todas las canciones que se sabe ―le dijo Lord Eddard con cariño―. No puedo retenerlo contra su voluntad. Pero no llores. Te prometo que vendrán otros bardos.

3. La voz más adecuada para su historia

¿Desea escribir una novela? ¿Piensa que es demasiado complicado? ¿No sabe por dónde empezar?

Lo cierto es que aventurarse en la narrativa no es tarea fácil, pero, como ocurre en otras facetas de la vida, todo tiene un comienzo, y si queremos vivir nuevas experiencias hay que dejar los miedos a un lado y afrontar los retos que nos vayan surgiendo.

Lo primero que debemos tener en cuenta un autor es el tema sobre el que desea escribir. Luego están los personajes, la ambientación, los escenarios, etc. Y por encima de todo la voz narrativa, o lo que es lo mismo, la figura del narrador. Este es uno de los aspectos más importantes de una obra, ya que es el que le da sentido y hace comprender al lector lo que está sucediendo.

Una vez leídos todos los tipos de voces narrativas que existen, tal vez se esté preguntando: ¿cuál es la más adecuada para mi historia?

Siendo honestos, no existe una respuesta correcta para esta pregunta. La razón es que esta debe partir del propio escritor, al fin y al cabo el creador y dueño de su historia.

Quizás lo más inteligente sería hallar la solución a partir de otras cuestiones. Por ejemplo: ¿Qué desea contar? ¿Cómo quiere hacerlo? ¿Qué sentimientos desea transmitir a sus lectores?

Una vez haya solventado este problema, sabrá casi intuitivamente qué tipo de narrador necesita.

Si necesita cualquier tipo de asesoramiento, no dude en contactar con Alma Mater. Estaremos encantados de ayudarle.

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