Por fin lo conseguiste. Tras incontables jornadas ideando tramas, tomando notas y pasando horas frente a los papeles en blanco o la pantalla del ordenador, ya puedes decir en voz alta que has terminado tu libro. Sin embargo, pese a la enorme liberación que supone concluir esa intensa labor, ahora llega la parte más difícil: publicarlo.
Actualmente existe una amplia variedad de editoriales para dar luz a tu obra, lo cual, si bien es positivo a nivel de oferta, provoca que el autor tenga cada vez más dificultades para decidir. Toca entonces preguntarse: ¿qué criterios debemos tener en cuenta para elegir una u otra?
En las siguientes líneas trataremos de desglosar los puntos fundamentales que debemos tener en cuenta a la hora de elegir una editorial. Asimismo expondremos los diferentes modelos editoriales que existen. De ese modo podrá contar con una visión lo más completa posible del asunto.
1. ¿Qué editorial se ajusta mejor a mis necesidades?
Concluida la fase de escritura, el autor debe enfrentarse al más importante dilema: ¿qué editorial debo elegir para publicar mi libro?
Para hacernos una idea de la situación actual del negocio, hemos de distinguir entre editoriales grandes y editoriales pequeñas. Y es que, aunque ambas presentan características similares, es importante explicar sus diferencias. No en vano, serán estas últimas las que nos marquen el camino a la hora de tomar una decisión.
Cuando hablamos de editoriales grandes nos estamos refiriendo a aquellas que siguen el método tradicional de publicación. Este consiste en aceptar cientos de manuscritos y, una vez valorados, optar por unos pocos para publicar a lo largo de un año. Como es sencillo deducir, en esa criba suelen entrar poquísimos textos de autores que comienzan, siendo habitual que los grandes sellos apuesten por escritores de renombre o con una trayectoria literaria importante. La razón es que desean obtener beneficios de inmediato, y el mejor modo de lograrlo es apostar sobre seguro.
2. Eligiendo la mejor editorial para cumplir mi sueño
Por esa razón, es más factible que un escritor novel consiga publicar en el segundo grupo, el de las editoriales pequeñas o independientes, donde suelen arriesgar más a la hora de elegir títulos para lanzar al mercado.
Tanto en un caso como en el otro, un equipo de profesionales se hará cargo de la obra, contando con la opinión del autor durante todo el proceso, y asegurando que la publicación cumple unos mínimos de calidad. De este modo el producto se comercializará de manera óptima, aumentando sus posibilidades de venta.
Además de la publicación tradicional con los grandes sellos y las editoriales independientes, existe un modelo que cada vez cuenta con más adeptos: la autoedición. No son pocos los autores de éxito que han optado por esta fórmula en sus inicios, dando posteriormente el salto al modelo tradicional.
La característica principal de la autoedición es que el editor es el propio autor, recayendo sobre él toda la responsabilidad durante el proceso de publicación de la obra y obteniendo todos los beneficios tras una inversión inicial que varía en función del número de ejemplares que se imprimen.
El principal problema de la autoedición radica en que el autor se verá solo a la hora de tomar decisiones y afrontar asuntos complejos como la corrección, la maquetación, el diseño de la cubierta o la distribución. Asimismo deberá resolver las cuestiones legales y encargarse de la promoción.
3. Modelos para publicar un libro
Tomada la decisión sobre qué editorial se encargará de publicar nuestra obra, es importante aclarar qué modelos de edición existen.
Ya hemos apuntado que dentro del negocio editorial sobresale la publicación tradicional, y más allá de esta es posible publicar una obra siguiendo el modelo de la autoedición, pero resta por señalar en qué consiste la publicación conjunta, también llamada «coedición», en la que el autor colabora económicamente con el editor a la hora de dar luz a su obra. Y es que para lanzar un libro al mercado es necesario invertir una cifra considerable, la cual no todo el mundo está dispuesto a arriesgar.
Si al llegar a este punto aún tiene dudas, le recomendamos leer este artículo: Diferencia entre la publicación tradicional y la autoedición.
4. Autoedición
Autoeditar un libro conlleva que el autor se convierta en editor, controlando todo el proceso de publicación de su obra y aprendiendo las claves del oficio. En consecuencia, más allá de su labor como escritor, el autor deberá realizar tareas tales como la corrección, la maquetación, el diseño de cubiertao la promoción.
En el caso de los autores que comienzan, dicho procedimiento puede resultar algo complicado, por lo que resulta aconsejable contactar con profesionales que le asesoren en este terreno.
En cambio, si dicho autor ya cuenta con una trayectoria, tal vez le interese conocer las claves de este negocio.
Asimismo es importante subrayar que antes de obtener beneficios, el autor deberá correr con todos los gastos del proceso, sobresaliendo aquellos relacionados con la impresión.
Otras de las desventajas de este modelo es que ni las horas de trabajo ni la inversión económica aseguran la calidad del producto, lo cual puede repercutir negativamente en las ventas.
5. Publicación tradicional
Desde la invención de la imprenta, el único medio para que un escritor diese a conocer su obra era acudir a un editor. En su día lo hicieron Cervantes, Dickens, Hemingway o García Márquez, y lo cierto es que les funcionó. Por esa razón, a ese tipo de publicación se la conoce como «tradicional».
Tal y como mencionamos anteriormente, en la actualidad existen dos tipos de editoriales tradicionales, las consideradas «grandes» (pertenecientes a los tres principales grupos editoriales de nuestro país: Penguin Random House, Planeta y Anaya) y las «pequeñas» o independientes. Tanto en un caso como en el otro, si opta por este modelo, el autor se pondrá en manos de profesionales, quienes se encargarán de que su libro vea a la luz con la calidad mínima exigible por el mercado. Esto incluye una corrección completa, una maquetación, diseño e impresión acordes al producto que se desea comercializar, y la siempre necesaria promoción. Asimismo, la editorial se hará cargo de los trámites legales necesarios, desde la obtención del código ISBN, equivalente a la matrícula de un vehículo, al registro del libro en el depósito legal.
En esta modalidad, el autor no debe realizar ningún desembolso, si bien sus ingresos se verán limitados (dependiendo de la editorial, únicamente le corresponderá entre un 8% y un 10% de los beneficios que genere la venta de ejemplares de su obra).
En cuanto a las desventajas de la publicación tradicional, hay que destacar tres. La primera es que si el autor no es conocido o no cuenta con una trayectoria relevante en algún campo relacionado con su obra, lo más probable es que la mayoría de editoriales importantes rechacen publicar su libro. En este caso siempre tendrá más posibilidades si lo intenta con una editorial «pequeña» o independiente, pues suelen arriesgar más que las denominadas «grandes». Asimismo, dado que su presupuesto y listado de lanzamientos suele cerrarse con entre seis meses y un año de antelación, publicar con una editorial tradicional suele ser un proceso lento que desespera a muchos autores. Eso por no hablar de que debido a los porcentajes de derechos de ventas que corresponden al autor (entre un 8% y un 10%) y a las dificultades que supone promocionar un libro en un mercado cada vez más repleto de novedades editoriales, obtener beneficios resulta complicado.
6. Edición conjunta
La tercera modalidad para publicar un libro es la combinación de las dos anteriores. Esto quiere decir que la llamada edición conjunta o «coedición» no es más que la colaboración entre el autor y el editor para dar luz a la obra. De esta forma, ambos compartes gastos a la hora de afrontar el proyecto, y el riesgo es menor para cada uno. Dicha inversión incluye cubrir los costos de corrección, maquetación, diseño, impresión y promoción de la obra. Los beneficios generados por su venta se distribuirán en base a lo que el autor y el editor acuerden en el contrato.
7. Criterios para elegir correctamente
Llegados a este punto, es el autor quien debe elegir el modelo que más se ajuste a sus necesidades. Una decisión no exenta de dificultad, pues, como hemos podido comprobar, todas las modalidades cuentan con ventajas y desventajas.
Con el ánimo de contribuir a despejar sus dudas, en las siguientes líneas trataremos de exponer algunas claves que deben tenerse en cuenta a la hora de optar por una fórmula u otra. De esta manera, podrá tener una visión completa de las distintas posibilidades que existen para publicar su libro.
8. ¿Qué trabajos publican?
El mejor modo de acertar a la hora de enviar su manuscrito a una editorial es averiguar qué tipo de libros publican. Y es que son pocas las editoriales que cuentan con un catálogo que abarque todos los géneros. Por poner un ejemplo, si usted ha escrito un libro de poesía, deberá averiguar qué editoriales se dedican a publicar poemarios, mientras que si ha alumbrado una novela de ciencia-ficción, deberá hacer lo propio con aquellos sellos que trabajan este tipo de libros. Asimismo, una vez realizado esta búsqueda, es importante averiguar si esas editoriales aceptan manuscritos, pues, aunque parezca sorprendente, un buen número de editoriales tradicionales no lo hacen —especialmente las grandes—. Este trabajo previo le ahorrará tiempo y disgustos, y asimismo le permitirá hacerse una idea de cómo se halla la situación editorial en nuestro país.
En resumen, según el tipo de manuscrito que maneje, elija el sello que mejor se adapte a sus necesidades, y tenga en cuenta una cosa: desconfíe de los editores que responden rápido a los correos y publican todos los trabajos que reciben. Puede que no sea una editorial al modo tradicional, sino una imprenta encubierta…
9. Necesito leer el informe…
Muchas de las editoriales tradicionales deciden publicar o no una obra en base a un informe de lectura. Este es un documento que recoge aspectos relacionados con el manuscrito enviado por el autor, desde un resumen de su argumento a los aspectos positivos y negativos que contienen sus páginas. Asimismo suele incluir qué posibilidades comerciales tiene y sugerencias para su mejora.
Dicho informe de lectura, realizado por un profesional, distinguirá nuestro trabajo de aquellos libros destinados a distribuirse entre familiares o conocidos cuyos estándares de calidad no permiten comercializarlos.
Un buen editor tendrá en cuenta este informe y guiará al escritor a la hora de pulir su manuscrito, tanto en aspectos formales como de contenido. Asimismo le acompañará en el proceso de corrección, debatirá con él sobre cuestiones puntuales y le sugerirá cambios para hacer el trabajo más atractivo.
10. El lector cero
Uno de los requisitos imprescindibles para publicar un libro es que este no contenga errores. No hay nada peor para un escritor que enviar su manuscrito a un editor y que este lo rechace por descubrir faltas de ortografía en la primera página.
De ahí que el primer paso antes de ponerse en contacto con una editorial sea revisar a fondo el texto, tratando de eliminar errores ortográficos y gramaticales, y acudiendo, en la medida de lo posible, a un amigo o familiar que pueda leerse el manuscrito y darle su opinión. Este sería el denominado «lector cero», llamado así por ser el primero que lee la obra, incluso antes de remitírsela al editor (el «lector uno»).
Si nos fijamos bien, muchas de las novelas que se publican en la actualidad, en su capítulo de agradecimientos, incluyen el nombre de una o varias personas que ejercieron de lector cero, lo que contribuyó a la mejora de la trama, a una mayor profundidad en el dibujo de los personajes o en ciertos cambios en los conflictos dramáticos que la volvieron más atractiva.
11. Corrigiendo la obra
Dependiendo del nivel de corrección que contenga una obra —un buen libro requiere de muchas revisiones antes de dar luz verde a su impresión—, sabremos si la editorial es más o menos profesional. Dicha corrección debe atender tantos los aspectos ortográficos como gramaticales, así como asegurar que existe consistencia en el discurso.
Y es que no hay nada peor para un escritor que su primer libro vea la luz con errores, lo cual puede conllevar que los lectores, tras descubrirlos, rechacen continuar con la obra y decidan no darle una segunda oportunidad en el futuro.
Para que un libro sea de calidad, este debe haber sido corregido por un profesional, el cual, junto al editor, dará fe de que el producto es apto para su comercialización en librerías, grandes almacenes y/o plataformas de Internet.
Fiel a su compromiso con la cultura de calidad, Alma Mater cuenta con un equipo de profesionales que le proporcionará un servicio óptimo a la hora de corregir su manuscrito, acompañándole durante todo el proceso de publicación, y ofreciéndole sugerencias para mejorar su trabajo.
Si desea conocer las diferentes opciones para publicar su libro, siga este enlace: paquetes para nuevos escritores.
12. Diseñando la obra
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y en el caso de los libros esta regla se cumple cada vez más.
Y es que cada año se publican alrededor de 80.000 títulos en España, lo que provoca que las librerías reciban cajas de novedades casi a diario, debiendo colocar las obras en estanterías, mesas y escaparates atendiendo a diversas cuestiones.
La primera de ellas, como es lógico, es el nombre del autor o la relevancia del título. Luego puntúa bastante la originalidad del tema a tratar o el enfoque del mismo. Y por supuesto es fundamental el diseño de la portada, que es lo primero que entra por los ojos.
En consecuencia, si es usted un escritor que da sus primeros pasos en el mundo de la literatura, resulta fundamental contar con una cubierta atractiva que contenga, además de un título potente y una imagen que atrape al lector, una sinopsis que resuma bien su contenido y que incluya frases gancho.
Solo de esta forma podrá competir en un mercado repleto de libros donde, para alcanzar el éxito, resulta fundamental llamar la atención de los clientes en las primeras semanas posteriores al lanzamiento.
Una buena forma de descubrir si una editorial trabaja de manera seria es acudir a su página web y echar un vistazo a su catálogo de títulos. Si este contiene obras con diseños poco atractivos o acabados no profesionales, lo mejor será descartarla.
Por el contrario, una buena editorial se cuidará de ofrecer una buena imagen y contar con especialistas en el diseño, los cuales colaborarán con el autor a la hora de dar forma a la portada, trabajando para que esta se ajuste a lo que se narra en el texto y logrando que sea lo más atractiva posible.
13. Imprimiendo la obra
Una vez corregido y maquetado el manuscrito así como diseñado su cubierta, toca revisar el archivo antes de enviarlo a imprenta. Este paso es muy importante, ya que una vez que lo reciban los impresores y den inicio a la producción, ya no habrá vuelta atrás.
Nuestra recomendación es que se fije en todos los detalles, desde la alineación del texto a los márgenes, pasando por la numeración de las páginas, los créditos o la sinopsis. Tómese su tiempo. En el mundo editorial, como en la vida, las prisas no son buenas consejeras. Y si es posible, comparta la tarea con otra persona; cuatro ojos ven más que dos, y en esta faceta resultará de gran ayuda la colaboración de ese familiar o conocido al que nos referimos como lector cero.
Una vez revisado al completo, es importante dejar claro al responsable de imprenta las características de nuestro libro: tipo de papel, gramaje, color (puede ser blanco o ahuesado), grosor de la cubierta, si lleva o no solapas, encuadernación en brillo o mate, etc. Si no posee experiencia, haga las preguntas que considere necesarias, pues de esta elección depende el acabado final de su obra. Y si no quiere complicarse, póngalo en manos de profesionales, quienes se encargarán de acompañarle en todo el proceso y de sugerirle las opciones más convenientes.
14. El «unboxing»
Uno de los momentos más emocionantes del proceso de publicar un libro es cuando el escritor recibe la caja con los ejemplares y procede a su apertura. En el mundo de los internautas a esta acción se la denomina «unboxing» y no son pocos los escritores que deciden compartir el momento en sus redes sociales.
Para llevarla a cabo es preciso usar un móvil o una cámara de video y, tras estabilizarla, grabar la acción o pedir a alguien que lo haga por nosotros. El último paso será subirlo a Internet, difundirlo entre los contactos y esperar que Facebook, Twitter, Instagram o TikTok hagan su magia.
Lógicamente esta acción no es imprescindible a la hora de publicar un libro, pero en una sociedad tan influenciada por la imagen, el unboxing resulta muy positivo para darle visibilidad a su obra.
15. Distribuyendo la obra
De poco sirve escribir un buen libro, maquetarlo y diseñarlo con calidad e imprimir una gran tirada de ejemplares, si luego no se distribuye correctamente. Y es que el éxito de ventas no reside únicamente en la calidad de un producto, sino en su colocación y visibilidad en el mercado, de ahí que, como ocurre con otras materias, la distribución resulte fundamental en el proceso editorial.
El autor que autopublica cuenta con el hándicap de tener que valerse por sí mismo para difundir, promocionar y vender los ejemplares de su libro, lo que en ocasiones puede convertirse en una tarea frustrante. La razón es que, por mucho que esfuerce, le resultará imposible realizar una distribución tan completa como la que realizan los profesionales.
Asimismo es importante recordar que solo las editoriales que cuentan con empresas de distribución tienen acceso a las cadenas de librerías como Casa del Libro, tiendas especializadas como FNAC o grandes almacenes como El Corte Inglés, de ahí que resulte fundamental optar por una editorial si deseamos ver nuestro libro a la venta en estos lugares.
16. Eligiendo el método de lanzamiento
El último paso en todo proceso de publicación es la promoción de la obra. A este respecto hemos de volver a distinguir entre las editoriales denominadas «grandes» y las «pequeñas» o independientes. Ambas son prácticamente idénticas a la hora de alumbrar una obra de calidad, pero suelen diferir en algo sumamente importante: el marketing.
En comparación con la mayoría de editoriales independientes, los grandes sellos no solo podrán llevar a cabo una gama más amplia de actividades promocionales, sino que también tendrán mayores posibilidades publicitarias. En este apartado también influye el formato que hayamos elegido para publicar nuestro libro; no es lo mismo una obra impresa en papel (que puede lucir en los escaparates o las mesas de novedades de las librerías) que realizada en formato electrónico, cuya visibilidad no irá más allá de internet.
Pese a todo, publicar con una gran editorial no siempre es sinónimo de éxito, pues al abarcar un mayor mercado y lanzar más novedades al año, suelen prestar menos atención a los escritores que comienzan. De ahí que pueda darse la circunstancia de que firmemos un contrato con un importante sello y obtengamos menos atención que aquel autor que lo ha hecho con una editorial pequeña o independiente.
Otra opción a tener en cuenta a la hora de distribuir es utilizar bien las herramientas que nos proporciona Internet, donde las plataformas digitales son un excelente escaparate para vender nuestro libro.
Dicho esto, solo resta sopesar todas las posibilidades, valorar cuál se ajusta más a nuestras necesidades, y decidirnos por una.
17. Póngase en contacto con el editor que publicó mi libro
La mejor editorial no es aquella que lanza más títulos al año, ni la que tiene en su nómina nombres famosos o vende más ejemplares. La mejor editorial es aquella que escucha a sus autores, que los acompaña desde la firma del contrato y vela por sus intereses. La que le sugiere mejoras, le traslada impresiones y permanece en contacto directo durante todo el proceso de publicación. La mejor editorial es la que procura que un escritor se sienta a gusto y jamás pierda la ilusión por publicar.
En ese sentido, una buena editorial debe contar con un equipo de profesionales que, más allá de sus competencias, demuestren poseer la sensibilidad necesaria para que el autor les considere parte de su sueño. Para esto resulta fundamental estar en sintonía, ser flexibles y ajustarse a los tiempos que requiere cada proyecto
No basta con responder a un correo electrónico o desearle buena suerte tras la firma del contrato. El buen editor atiende, aconseja y acompaña al autor desde el primer minuto, velando por la calidad del producto y haciéndole partícipe de la aventura de publicar.
Por tanto, si se encuentra con un editor que no responde a sus mails, le da evasivas para contactar por teléfono o dice sí a todo con tal de obtener un beneficio rápido, huya de inmediato.
18. Experiencia del editor
Como ocurre en todas las facetas de la vida, la experiencia siempre es un grado, y en esto el negocio editorial no es una excepción.
¿Qué mejor editorial podemos elegir que aquella liderada por alguien que conoce el oficio desde los cimientos? Y es que, independientemente de la edad o formación que posea, que un editor demuestre estar experimentado en todas las facetas que conlleva una publicación es garantía de que el producto cumplirá unos mínimos de calidad.
Para el escritor que se inicia, es fundamental contar con alguien que sepa manejar los tiempos y las herramientas para publicar un libro con garantías, y en ese sentido, el mejor editor es aquel que cuenta con una trayectoria demostrable. Si a esto le añadimos un buen poso cultural, grandes dosis de paciencia y facilidad para comunicar, nos hallaremos ante la persona idónea para acometer nuestro proyecto.
19. Alma Mater, la editorial que hizo realidad mi sueño
Al igual que no existen escritores infalibles, no existe la editorial perfecta, si bien la combinación de esfuerzo, talento y sensibilidad suele dar como resultado productos donde prima la calidad y el buen gusto.
Alma Mater puede enorgullecerse de contar con un equipo de profesionales que cumplen las tres máximas anteriores; a lo que hemos de sumar un espíritu joven aunque sobradamente preparado y una experiencia demostrable.
Basta con echar un vistazo a nuestro catálogo de publicaciones para comprobar el cuidado que ponemos en todo, desde el diseño de la portada a la distribución, cumpliendo con la máxima de que el autor se halle plenamente satisfecho.
Nada hay más gratificante para aquel escritor que comienza que sentirse respaldado por su editor, y en Alma Mater lo tenemos clarísimo. Por eso estamos siempre dispuestos a responder todas sus preguntas, solucionar sus problemas y poner los medios necesarios para lograr que su sueño se haga realidad.
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